Veragua nace en un viaje al llamado pueblo mágico: Tulum, en México. Yo soy abogado y lo ejerzo pero quería hacer algo diferente y explotar un lado creativo.
Ahí Roberta, una gran amiga, dueña de Once Once Jewelry, vio unos bocetos y diseños que yo había hecho y me dijo que tenía que ponerme a hacer joyería y me aconsejó con toda su experiencia.
El nombre me lo recomendó uno de mis mejores amigos, Jaime. Viene del nombre de la región que abarcaba una parte de Centroamérica incluyendo Costa Rica en el siglo XVI, en la época precolombina. Cómo los pueblos indígenas inspiraban su arte en el entorno ecológico y la naturaleza, entre otras cosas, me gusta pensar que inspiro mis piezas en la naturaleza que nos rodea en Costa Rica, cataratas, piedras, ríos, montañas. Dándole ese estilo orgánico, hecho a mano e imperfecto.
Para mi hay una gran diferencia en comprar algo local, en saber que lo que uno anda puesto fue hecho por un proceso laborioso y a mano, en vez de algo producido en otro país e importado o hecho con 3D printing en enormes cantidades en alguna fábrica al otro lado del mundo.
En fin, esto es Veragua.